Punto de partida: junto al Covão da Ponte – dejando Manteigas, avanzar hacia las Penhas Douradas por EN 232, tome la salida para Covão da Ponte.
La Ruta del Corredor de los Moros, dotada de una belleza mística e inquietante, desborda de biodiversidad, posibilitando la descubierta de una extraordinaria variedad cromática y morfológica.
Lleno de locales de interés atractivos para la observación, para la práctica de actividades al aire libre y para el descanso, el camino ofrece la visita a la extensa y imponente cumbre del Corredor de los Moros (de ahí su nombre), las antiguas terrazas de poner el maíz al sol, a la Capilla de Nuestra Señora del Carmo, Capilla de San Lorenzo, a los afloramientos de cuarzo, a la magia del Covão de la Puente, entre otros lugares difíciles de describir.
Dotado de una belleza natural, el “Covão da Ponte” (Covão del Puente) tiene espacios verdes que permiten a los visitantes disfrutar de agradables momentos en contacto con la naturaleza, mecidos por los cencerros de los rebaños e iluminados por las estrellas.
En sus alrededores, los cultivos de centeno de altitud diseñan mosaicos en tonos de dorado y marrones, constituyendo un ejemplo de un ecosistema creado por el hombre que proporciona un hábitat para varias especies de caza.
Esta ruta permite a los caminantes el contacto directo con la gente, la cultura y tradiciones del pueblo de Manteigas. Ferreira de Castro, en el romance “La Lana y la Nieve” (1947), cita: «(…) los serranos, que en la solitud de la Estrella a veces conduciendo sus rebaños de ovejas, a veces tejían la lana qué ellas daban (…)»”. De estas intensas actividades subsisten hoy memorias asociadas a la permanencia y especialización de saberes, de gestos de trabajo y de la producción de artefactos, cristalizados en una extensa cultura de pastoreo y de la lana.
Se destacan aún los monumentales robles que rodean la Capilla de San Lorenzo, lugar precioso y testimonio vivo de la historia.
En la ruta abundan los arbustos bajos (Brezo, escobón, sargazo, etc.), que se asumen como un refugio para una amplia diversidad de fauna, como el halcón peregrino, el pequeño de herradura, el conejo bravo y el Aguilucho cenizo, que se enfrentan a un alto riesgo de extinción. Mas allá de estos animales, también habitan en esta zona la comadreja, la garduña, la nutria y el jabalí, el sapo común, la rana patilarga, la eslizón ibérico y la culebra viperina, entre otros.