Punto de partida: en el estacionamiento del Pozo del Infierno.
Al recorrer la Ruta del Pozo del Infierno se puede observar un dualismo en el paisaje, natural y humano, marcado por diferentes tipos de vegetación, con bosques de caducifolios y coníferas, donde los sentidos despiertan emociones a lo largo del camino.
Debido a los picos esquistosos más altos, formados por las rocas cornéales (un fenómeno que ocurre cuando el magma caliente y plástico sube a través de las rocas pre-existentes), predominan los paisajes escarpados, donde nacen cursos de agua como la cascada del Poço do Inferno (Pozo del Infierno). Esta cascada natural tiene cerca de diez metros de altura y llega a convertirse en hielo durante los inviernos más rigurosos. Es un monumento geológico de extrema belleza y uno de los puntos de mayor interés de esta ruta, siendo uno de los paisajes naturales mas imponentes de Manteigas y de la Serra da Estrela (Sierra de la Estrella).
En cuanto al paisaje, el caminante puede admirar las vistas sobre el Vale do Rio Zêzere (Valle del Rio Zêzere) y el Vale da Ribeira de Leandres (Valle de la Ribera de Leandres). En el paisaje humanizado predominan las “socalcos” (terrazas) y algunos “cortes” – edificios de apoyo a las actividades agrícolas.
De las muchas especies que se puede encontrar el caminante cabe destacar el narciso, el abedul, la encina y el serbal, de gran valor ecológico. El tejo, también presente, es escaso y solo se encuentra en Manteigas y en la Serra da Peneda-Gerês (Sierra da Peneda-Gerés). Además de estos ejemplares, en el recorrido también dominan el arce bastardo, el haya, el pino de Oregón y el abeto.
La diversidad de fauna existente en la ruta del Pozo del Infierno procede de las zonas forestales y de los cursos de agua existentes en esta zona.
Son característicos, el conejo de monte, el zorro, la lagartija de bosque y la salamandra lusitana. En cuanto a las aves están presentes el cernícalo y el Martín pescador.